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¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA LEISHMANIOSIS?

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA LEISHMANIOSIS?

La Leishmaniosis es una enfermedad  que puede transmitirse del hombre a los animales y de los animales al hombre.

Esta patología es debida a un protozoo flagelado (organismo unicelular con flagelo o cola) del género Leishmania, que puede afectar a los vertebrados con la genuina, única e imprescindible ayuda de la picadura de un mosquito: el Phlebotomus.

Para ser más exactos diremos que son las hembras de este insecto las únicas responsables de la transmisión de la enfermedad, ya que son hematófagas (se alimentan de sangre);  esta curiosa característica alimentaria facilita la transmisión del parásito desde un animal enfermo a un animal sano.

SÍNTOMAS DE LA LEISHMANIOSIS: ¿CÓMO SE CONTAGIA?

Cuando el parásito se difunde por el organismo del animal no suele hacerlo al azar, ya que tiene sus preferencias: por la piel (Leishmaniosis cutánea) o por determinadas vísceras (Leishmaniosis visceral).

En lo referente a la piel, un animal con leishmaniosis cutánea puede presentar, entre otros, los siguientes signos y síntomas: Dermatitis (inflamación de la piel) con alopecia (caída de pelo), ulceraciones, onicogrifosis (crecimiento exagerado de las uñas), formación de nódulos y pústulas, hiperqueratosis (“engrosamiento” de la piel), despigmentación nasodigital (nariz y dedos), descamación y alopecia auricular y periocular, pelo opaco y quebradizo…

Cuando se ven afectados los órganos internos, el animal padece leishmaniosis visceral y puede presentar los siguientes problemas: Aumento del tamaño abdominal por el aumento del tamaño del hígado (hepatomegalia), pérdida de peso, disminución de la actividad… y uno  de los datos más graves e importantes: la alteración del riñón; por desgracia, si esto último sucede, el desenlace puede ser fatal.

SÍNTOMAS DE LA LEISHMANIOSIS: PREVENCIÓN

El diagnóstico precoz de la enfermedad es fundamental para aplicar un tratamiento efectivo; si detectamos el problema en sus primeras fases (incluso sin existir síntomas de enfermedad), podemos asegurar que los tratamientos conseguirán mantener a raya el problema; por esta razón es fundamental realizar una analítica anual de Leishmaniosis para confirmar o descartar la presencia de esta enfermedad.

Existen fármacos de demostrada y repelente acción contra las hembras de flebotomus y sus indeseables picaduras, existen mallas antimosquitos, la posibilidad de restringir los paseos nocturnos en épocas de alto riesgo…

En el caso de nuestros perros, se recomienda la utilización de los fármacos preventivos existentes, ya que aunque no alcancen la prevención total, disminuyen en cierto grado (cada vez más) la posibilidad de transmisión de la enfermedad.

También debemos recomendar que los animales no duerman en el exterior en las épocas de calor, que protejamos el interior del hogar con las ya citadas mosquiteras y que intentemos evitar la nocturnidad y alevosía de la hembra de Phlebotomus en nuestros paseos.

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